Brevísimo paseo, perfecto para realizar con niños/as, que permite un viaje prehistórico gracias a la visita de dos dólmenes de tipo “corredor” integrados por piedras de grandes dimensiones.
El acceso se realiza partiendo del Cerco de Artajona, junto al cementerio, desde donde recorreremos unos cuatro kilómetros en coche por una pista de tierra hasta llegar al aparcamiento donde se encuentra un panel informativo. Apenas a cuarenta metros está el dolmen del “Portillo de Enériz”, uno de los monumentos prehistóricos conservados más importantes de Navarra. Llaman la atención las enormes losas de piedra que lo forman y el gran túmulo de casi tres metros de altura sobre el que se levanta. Desde aquí, las vistas sobre el pueblo son preciosas.
Retomaremos el camino para acercarnos hasta el otro dolmen, “Mina de Farangortea”, que se encuentra a 850 metros, después de atravesar un pinar. Resulta bien curioso el contraste entre este vestigio funerario levantado por nuestros antepasados y los modernos aerogeneradores que salpican la sierra.
